Una buena mandarina sueña y crea en una linda ciudad argentina que se llama Rosario, al margen de un río marrón y mágico, el Paraná, al que le gusta acunar sueños y proyectos hechos desde el alma.

Gracias a la vida y a las redes de personas que aman y creen en las mismas cosas, hay muchas mandarinas en distintas partes del mundo.

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Queremos seguir sembrando mandarinitas y haciendo nuevos amigos ¡Esperamos tu mensaje!