Encuentros y desencuentros de almas. creo que de eso se trata todo

Esta no es la historia de un encargo sino la de un encuentro.

Tengo unos aros mágicos. Cada vez que me los pongo, ella aparece.

Tiene apenas unos años más que yo, pero desde mis ojos de niña la veía tan grande y tan libre, hermosa y diferente. Dueña de colores nuevos para mi.

Hoy las dos somos adultas y sigo viéndola así. Y aunque no somos íntimas amigas me encanta encontrarla. Porque en dos segundos y un abrazo hablamos una vida entera.

El domingo pasado la encontré, de casualidad, gracias a los aros mágicos, supongo. Ella venía de contar historias, yo venía soñando futuros de colores.

Hablamos un ratito y me recordó que algunas cosas necesitan ser compartidas, que no son para guardar sino para dejar que corran por otros corazones.

Y acá estoy, dejando libres recuerdos que atesoro. Compartiendo momentos que para mi son alegría, desafío, entusiasmo, y finalmente, puro amor.

Gracias Claudia por darle valor a mis palabras y por compartir conmigo la emoción

Escribir comentario

Comentarios: 0