Mi hermano dice que cumplí el sueño de muchas nenas: trabajar, de grande, de jugar con muñecas.
Es verdad, y lo disfruto con alma y vida.
Pero hay dos secretos que también hacen que cada día sea una fiesta.
El primero es que una mandarinita de pelo muy largo y ojitos brillantes anda a mi alrededor jugando y opinando mientras doy cada puntada. Y con una compañía así todo es más divertido y alegre.
Y el segundo es que mis muñecas me regalan amigas, abrazos sonrisas y sorpresas. Es algo que no esperaba cuando empecé a soñarlas y que me asombra todos los días.
Cada encargo es una historia preciosa que vale la pena compartir.
No podría elegir una pero voy a empezar por la que está más cerquita en el tiempo:¨ Isadora y Lola¨
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Jann (miércoles, 04 febrero 2015 10:12)
wow, paciencia de mamá, es como un sueño dulce cuando lo leo .... y lo vuelvo a leer y vuelvo a soñar